12 mar 2013

ENTREVISTA A CARMEN ROMEU


Carmen Romeu como Musetta en "La Bohème" ©Tato Baeza

El pasado mes de diciembre tuvimos ocasión de disfrutar en el escenario del Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia de una estupenda producción de la ópera “La Bohème”, de Giacomo Puccini, que contó con la dirección escénica de Davide Livermore y la musical del maestro Riccardo Chailly. La soprano valenciana Carmen Romeu fue la encargada de asumir el papel de Musetta, obteniendo un gran éxito.

Ahora, Carmen Romeu ha tenido la gentileza de conceder una entrevista en exclusiva a Amics de l’Òpera i de les Arts que pasamos a reproducir.

AMICS DE L’ÒPERA I DE LES ARTS: Su paso por el teatro de ópera de su ciudad, como Musetta, en la reciente producción presentada en el Palau de les Arts de “La Bohème”, donde ha obtenido la alabanza unánime de crítica y público, ¿cree que puede marcar un antes y un después en su carrera?
CARMEN ROMEU: Totalmente. El hecho de cantar Musetta en el Palau de les Arts, para mí es un salto de escalón en mi carrera, no ya por el personaje, sino por la producción en sí, con un maestro importantísimo y  un director escénico fantástico. Además, creo que, aun con la crisis, el teatro de ópera de Valencia tiene un gran prestigio internacional y para mí ha sido muy importante. Ya he comentado alguna vez que me sentía como si debutase en Champions League.

AOA: Según ha comentado en alguna ocasión, parece que su inclusión en el reparto se produjo de forma un tanto fortuita. ¿Es así? ¿Qué ocurrió?
CR: Sí, me llamaron un lunes para ver si estaba preparada con el rol y tuve que venir el miércoles de esa misma semana a hacer una audición porque se había producido una sustitución de última hora. Por suerte fue al principio de los ensayos, con lo cual tuve oportunidad de poder ensayar todo un mes con mis compañeros.

AOA: ¿Ya la conocían por otras colaboraciones anteriores?
CR: Sí, había participado en dos producciones  hace años y además he trabajado este verano con Davide Livermore, que fue el director de escena de “Ciro in Babilonia” en Pesaro y había quedado muy contento con mi trabajo. Le doy las gracias porque ha sido maravilloso poder trabajar con él. Es uno de los directores escénicos con más proyección y tiene unas ideas maravillosas. Defiende mucho la parte actoral  de los cantantes y además te la explica y sabe cómo hacerte entrar en cada uno de los papeles.

AOA: El personaje de Musetta es mucho más exigente vocalmente de lo que muchos piensan, requiriéndose dos vocalidades muy diferentes según hablemos del segundo o del cuarto acto, ¿qué le ha resultado más complicado a la hora de abordar el papel?
CR: Creo que más que dos vocalidades diferentes, lo que requiere son dos puntos de vista dramáticos diferentes. La vocalidad de uno y otro es la misma dentro de un rol que para mí es el de una soprano lírica. El problema que se plantea cuando una soprano es demasiado ligera para hacer el rol de Musetta es que en el cuarto acto sí se nota una diferencia de vocalidad  porque aquí es bastante central. Pero, realmente, si se ve desde la perspectiva de una soprano más lírica, no es una tesitura muy extensa porque está dentro de las dos octavas DO-DO de una soprano lírica. Lo que es importante es tener los dos puntos dramatúrgicos diferentes, darle dos sentidos al personaje, incluso más de dos porque dentro del segundo acto hay muchas caras de Musetta. Es un rol que, aparte de vocalmente, ha de estar muy trabajado actoralmente porque es muy completo. Musetta es más superficial en el segundo acto y más natural o más abierta visceralmente, más humana, en el cuarto acto. Esta es la diferencia.

AOA: ¿Con qué faceta de Musetta se siente, como actriz, más a gusto en escena? ¿Con la frívola del acto II o con la tierna y entregada del acto IV?
CR: Me gustan todas. Amo a ese personaje. Si te la juegas y te abres a él, te permite de todo en escena. En el segundo acto permite divertirte, sentir celos,  jugar al juego de la seducción,  enfadarte, gritar, y, a pesar de esos gritos, del mal genio, de los celos, de la rabia, de la impotencia de que Marcello no le preste atención… todo acaba en positivo, sonriendo, divirtiéndose, viviendo. La vida le sonríe. Es un acto fantástico. El personaje, tiene incluso esa subida de ego mientras canta “Quando m'en vo”. En ese momento marca una seguridad dentro de la inseguridad, piensa “yo sé que tú me quieres pero no sé por qué no lo consigo”. Es una mujer que pasa por muchos sentimientos y sensaciones diferentes y a mí eso me encanta.
En el cuarto acto las emociones son más introspectivas. La música envuelve de tal manera que ya te crea una emoción, tu cuerpo está totalmente estremecido; creo que eso también le pasa al público, que se emociona aunque el cantante no esté dando el máximo de su interpretación actoral. Y es gracias a la música en sí, que es fabulosa.
Pero me gusta todo. En el tercer acto la propuesta de escena de Davide, me pareció muy curiosa. El hecho de que Marcello y Musetta discutan llegando incluso a las manos, con gran violencia, mucho más física que otras versiones, al principio me impresionó, pero Davide me mostró la energía del personaje, que debía salir desde las entrañas, sin ridiculizarla. Musetta es una mujer libre, vive por delante de su época. Para mí el tercer acto es muy importante porque es el momento en que ella se reivindica.

AOA: ¿Se ha inspirado en alguna cantante de su agrado o nos ha ofrecido una versión propia del personaje?
CR: He intentado trabajar el día a día de la producción de Davide, ya que al ser una interpretación repentina y no haber preparado el personaje antes, éste ha ido creciendo con los ensayos, con lo cual es más puro y el público ha visto algo diferente. Personalmente no he tenido tiempo de escuchar grabaciones. He trabajado todos los días, siguiendo las pautas de Davide en este caso, pero buscando el personaje por mí misma, tal como lo he sentido yo. Y espero que crezca más.

AOA: En 2012 ha obtenido también un gran reconocimiento internacional con sus intervenciones tanto en el Festival Rossini de Pésaro, con “Ciro in Babilonia” y “Tancredi”, como en Rieti con una ópera poco conocida de Rossini, “Adina”. ¿Se está decantando voluntariamente por el belcanto?
CR: No sé si voluntariamente o no, pero mi vida como cantante está bastante relacionada con el belcanto. Posiblemente porque he estudiado en Italia con una maestra totalmente belcantista. Me gusta mucho el belcanto y creo que hay muchas posibilidades para mi tipo de vocalidad, por lo que me encantaría poder hacer los roles donizettianos.

AOA: Mozart, Rossini y ahora Puccini, ¿Cómo definiría su perfil vocal y hacia dónde cree que evolucionará?
CR: La clasificación vocal es, a veces, difícil, y creo que incluso es equivocado decir que soy una soprano lírico ligera, o dramática o spinto. Sólo puedo decir que mi voz es mi voz, y lo importante es conocerla y saber hasta dónde puede llegar.
Ahora mismo me decanto por los roles líricos con coloratura. He trabajado mucho la agilidad, la coloratura, la zona del sobreagudo, así como la del grave. Por ahora sin entrar mucho en la zona del pecho. Me podría definir como esas cantantes que pueden hacer los roles extremos de tesitura como Fiordiligi (“Cosi fan tutte”) o Vitelia (“La Clemenza di Tito”). Roles también con mucha coloratura, líricos pero que de repente tienen cabalettas estratosféricas como Traviata.
Los roles mutables creo que son buenos para mí, porque el hecho de tener una voz con  tintes más cálidos en el centro o en las primeras octavas, hace que esas transformaciones no queden vagas de color.  Un rol como Traviata en el primer acto te exige que seas una lírico-ligera con coloratura y en el tercero que toda la zona centro esté muy timbrada. Creo que para mi tipo de vocalidad es posible, porque la zona centro está timbrada, y tengo, por ahora al menos, posibilidad de hacer sobreagudos y coloraturas.
Me gustaría que la voz fuera en la dirección de las reinas donizettianas. Creo que ese va a ser mi futuro. Hay gente que me propone los grandes Verdi o Puccini, pero creo que mi voz es grande dentro de orquestas que no son enormes. Es una voz para las orquestas belcantistas o mozartianas, algunos Verdi, pero solo algunos. Puccini, con cuentagotas. A lo mejor en un futuro Mimí es posible o Liú, pero no creo que me atreviera con Manon Lescaut. Al menos es mi mentalidad hoy por hoy. Depende de cómo evolucione mi vocalidad, ya veremos.


AOA: Cuéntenos cómo descubrió su pasión por el canto.
CR: Estudio música desde que tenía ocho años. Tocaba el clarinete y empecé a cantar en el coro de mi pueblo, Silla, a los doce. He pertenecido siempre a la Agrupación Musical La Lírica. En principio no pensaba dedicarme al canto. Estudiaba en la Universidad y quería ser ingeniero. Para mí era un hobby. Creo que descubrí que quería dedicarme cuando, ya estudiando en el Conservatorio de Valencia el grado medio, hicieron “Dido y Eneas” como taller de ópera y canté Dido en esa producción. Fuimos además a Melilla con esa ópera. Subirme a un escenario con un papel protagonista y encontrarme con ese flujo de emociones y sensaciones es lo que me gustó y me atrapó.

AOA: Aunque su formación académica se realizó en el Conservatorio Superior Joaquín Rodrigo de Valencia con Ana Luisa Chova también estudió en la Opera Studio de la Accademia de Santa Cecilia de Roma con Renata Scotto. Al margen del reconocido prestigio de su maestra de canto y tratándose de una cantante tan joven, ¿le parece suficiente y completa la formación que ofrecen los Conservatorios españoles también en otros aspectos como los escénicos, idiomas? ¿Cree que es necesario perfeccionar los estudios en Centros u ópera-estudios extranjeros? ¿Echa de menos este tipo de centros en nuestro país?
CR: Yo puedo hablar de mi experiencia, no dar una opinión generalizada. He tenido la suerte de trabajar con gente muy competente. A nivel vocal creo que he tenido la mejor profesora que podía tener, incluso porque me ha dado la libertad de poder encontrar cómo quería trabajar. El hecho de estudiar en la Opera Estudio de Roma fue más por estar en contacto con un tipo de música, el belcanto, y de trabajar con Scotto que tiene una gran experiencia belcantista o italiana. Los centros están preparados, lo que debería es hacerse hincapié en algunas cosas. Los planes de estudios se hacen generalizados para los músicos, y los cantantes somos músicos de “educación especial”. Necesitamos materias distintas.
En idiomas en el conservatorio aprendí una fonética francesa de forma maravillosa pero no sé hablar francés. Soy partidaria de que para hablar un idioma tengas que ir a un país donde se hable ese idioma. Yo ya sueño en italiano porque he estado mucho en Italia, es un idioma que está integrado en mi persona. Para un cantante es importante aprender la fonética de un idioma y tener la paciencia de trabajar todas las traducciones. De cara a un futuro profesional te has de defender en el máximo de idiomas posible.
En  el conservatorio de Valencia, por ejemplo, a nivel de escena, creo que se hace un trabajo muy bueno. Hay dos profesoras, Amparo y Araceli, que hacen un trabajo, incluso de preparación corporal del personaje, importante.
Respecto de continuar estudios en centros distintos del de origen, sí es importante hacerlos, pero no porque no sea completa la formación del lugar donde estás, sino porque toda experiencia te hace crecer. Para mí, Ana Luisa es como mi fiel consejera.

AOA: ¿Es una buena tarjeta de visita haber estudiado en Valencia?
CR: Sí, es una muy buena referencia. Mucha gente en las audiciones me pregunta si estudio con Ana Luisa, sobre todo a nivel nacional. A nivel internacional conocen más a los alumnos de Ana Luisa que a la propia Ana Luisa en sí.

AOA: Es usted prima de Maite Alberola, joven y consolidada cantante valenciana. ¿Le viene de familia?
CR: No, ni los padres de Maite ni los míos han sido músicos. De los primos por esa parte de la familia tenemos uno mayor que es fagotista, que está en la Orquesta de Castilla-León, que puede que haya sido la referencia de los demás y después hemos sido las tres primas pequeñas las que nos hemos dedicado a la música. Creo que nuestros padres quisieron que estudiáramos música y ya está.

AOA: ¿Han podido compartir escenario?
CR: Por ahora sólo hemos compartido escenario hace muchos años en nuestro pueblo, en galas de zarzuela que se hacían en la plaza durante las fiestas. Todavía no hemos tenido oportunidad de hacerlo en un teatro y la verdad es que tenemos muchas ganas.

AOA: Se ha presentado a concursos y los ha ganado, como en la novena edición del Concurso Lírico Internacional “Ottavio Ziino”. ¿Cree que es necesario para la proyección de un cantante presentarse a este tipo de certámenes?
CR: Creo que hay épocas en la carrera de un cantante, sobre todo cuando estás estudiando y en los últimos años, en que es bueno abrirse un camino para después poder seguir y que vayan saliendo contratos y conciertos. Los concursos son una buena vía para abrirte a conocer a gente. Hay concursos en los que el jurado está compuesto por directores artísticos, agencias... Este mundo funciona mucho con las agencias. Es como salir del nido para mostrarte. Y no sólo es importante ganarlo, sino sobre todo estar preparado y dar el máximo de tus posibilidades porque siempre hay alguien que te puede escuchar y dar otra oportunidad en cualquier otro sitio.

AOA: ¿Quiénes han sido sus cantantes de referencia?, si las tiene.
CR: Empecé con Callas en mi mente y de ella me gusta sobre todo su transmisión de sentimientos. Es con lo que me quedé y creo que es lo que prima en esta carrera. Hay otra cantante que me gusta muchísimo, que es Anja Harteros, maravillosa. Relativamente poco conocida porque ha decidido centrar su carrera sobre todo en Alemania. Tuve la oportunidad de trabajar con ella en unas Bodas de Figaro y me encanta esa cantante. Para mí ella es una referencia, incluso como tipo de voz para algunos roles que ella hace, como Elettra de “Idomeneo, rey de Creta”, y la Contessa de “Las bodas de Fígaro”.

AOA: Al margen del repertorio que pueda resultar más adecuado para su voz, ¿cuál es el tipo de repertorio que más le gusta: francés, romántico italiano, alemán, contemporáneo, barroco, belcanto?
CR: Me apasiona Haendel. A nivel vocal es maravilloso. Como estado anímico me lleva a ser feliz cuando lo escucho. Sueño con hacer Cleopatra un día. Me encanta Verdi, Donizetti y los compositores franceses como Gounod o Massenet para el repertorio vocal también. Soy más fan del repertorio francés e italiano que del alemán, aunque “Die tote stadt” (Korngold) me parece una ópera maravillosa. Soy una persona abierta a gustos. No tengo predilección por nada en particular.

AOA: ¿Cuáles son sus óperas preferidas?, como aficionada y como cantante.
CR: “La Traviata” es una de ellas, sobre todo por la dramaturgia. Soy una persona que se fija mucho en los personajes. La música te lleva a la emoción de las historias. Pero lo importante de una ópera es que ambas se acompañen. Me gusta “La Bohème”, por supuesto, o “Julio Cesar”. De ésta cantaría todos los personajes… Me encantaría ser Ptolomeo (risas).

AOA: ¿Cómo ha sido su relación profesional con Riccardo Chailly? ¿Es tan exigente y perfeccionista como se dice? De hecho el resultado que hemos podido comprobar ha sido extraordinario.
CR: Sí lo es. Trabaja como el que más. Acaba una función y escucha la grabación para ver qué es lo que no estaba cuadrado y al día siguiente da notas a los cantantes y a la orquesta, con la que tiene reuniones. Ha querido hacer una versión propia de “La Bohème”. Bueno, junto con Puccini, porque todo lo que él decía es lo que está escrito en la partitura. No ha existido ningún tipo de lucimiento por parte de los cantantes, ni calderones inventados. La relación ha sido muy buena. Creo que se ha hecho muy buen trabajo en conjunto con todos los compañeros y personalmente con nosotros además ha sido muy cercano.

AOA: Díganos tres directores musicales con los que todavía no haya trabajado y sueñe con hacerlo algún día.
CR: Me gustaría mucho trabajar como solista con Zubin Mehta. Lo hice hace años cuando era refuerzo del Cor de la Generalitat, en la Novena de la inauguración del Palau de les Arts. También con Riccardo Muti, evidentemente, y a nivel vocal con Antonio Pappano. Creo que es un director que trabaja muy bien con las voces.

AOA: ¿Algún director escénico que le guste especialmente? ¿Por qué?
CR: Es que últimamente tengo pasión por Davide Livermore, me encanta. Es una persona apasionada por su trabajo que ayuda a la gente en la que cree, y eso se da poco en este mundo. Otro gran director escénico que me gusta mucho es Graham Vick, que tiene producciones muy originales.

AOA: ¿Es usted partidaria de las puestas en escena tradicionales o de las más innovadoras y modernas?
CR: Depende. Creo que hay argumentos que se prestan más a las tradicionales y sacarlas de ese contexto es complicado, al menos desde mi punto de vista. Hay otras óperas en las que el argumento sí permite que se pueda jugar con espacios más diáfanos, con puestas en escena más puras o limpias. Las contemporáneas que se llevan al extremo y que lo que pretenden es llamar la atención por sí mismas, sin una justificación detrás, no me satisfacen.

AOA: ¿Cuál es su opinión sobre las exigencias de ciertos directores escénicos a los cantantes (tipo cantar colgados de una grúa boca abajo)? ¿Qué es lo que, en principio, nunca haría sobre un escenario?
CR: Un cantante tiene al menos que intentar ese tipo de cosas y, si no puede, buscar una solución. Las que he visto de La Fura dels Baus en Les Arts, me encantan, por ejemplo en la utilización del vídeo, que, depende de cómo se haga, me parece fantástico.
Lo que no haría por ahora son desnudos, es incómodo para mí. Sobre todo si no está justificado. Hay muchas maneras de conseguir que un cantante esté cómodo, como con la ropa interior color carne… Tenemos que preparar nuestras cualidades vocales, dramatúrgicas… Y creo que es más importante ser actor que  modelo para ser cantante.


AOA: A la hora de abordar un personaje, además de la preparación puramente musical, ¿lleva a cabo algún tipo de trabajo de documentación previo o una preparación dramática especial?
CR: Sí, es importantísimo tener conciencia de quién es el personaje, qué dice, a quién le dice las cosas. Las intenciones son muy importantes, no sólo de tu personaje sino de todos los que lo rodean. Yo estudié durante tres años arte dramático por querer tener una formación complementaria a la musical como cantante.

AOA: ¿Y de resistencia física?, en su Musetta se entregó también en este aspecto.
CR: Sí, es muy importante para un cantante hacer deporte. Ahora mismo lo estoy pasando fatal porque llevo mucho tiempo sin hacer nada y se nota. Para el fiato creo que son importantes los aeróbicos, correr, ir en bicicleta, nadar, sobre todo. Deportes que te permitan coordinar tu respiración con el ejercicio físico.

AOA: Al margen de las producciones en las que se encuentra involucrada actualmente, ¿le gustaría trabajar algún personaje en concreto, estudiarlo?
CR: Sí, claro. Me gustaría mucho trabajar todas las sopranos de “Los cuentos de Hoffman”, ya que puede que mi voz tenga la posibilidad de hacer como antaño, que una misma soprano haga todos los personajes. Otro sería la Elisabetta de “Roberto Devereux”, porque me gusta en sí la historia de las reinas donizettianas, y creo que es la primera reina a estudiar, por ser el papel más tranquilo o más ligero. También la Elettra de “Idomeneo”, que la he empezado a estudiar, pero que cuando vienen otras producciones dejas de hacerlo y empiezas con el trabajo que tienes que hacer. Otro es la Contessa del que tengo gran parte estudiado y Traviata con el que estoy en este momento. Me gusta la psicología de esos personajes, todos fuertes de carácter. Yo creo que soy temperamental y a veces lo que tengo que trabajar es el lado contrario, pero esto puede ser lo más fácil. Porque mostrarse como una es, es como estar demasiado desnudo ante alguien que no te conoce. Los roles que me suelen gustar tienen mucho temperamento o al menos muchas caras diferentes.

AOA: Hablábamos antes de su paso por el teatro de Rieti que tiene fama de tener una acústica excepcional, ¿qué opina de la acústica de la sala principal de Les Arts? ¿Cómo sentía correr su voz? ¿Ha tenido oportunidad de cantar en el Auditorio superior? ¿Qué le parece?
CR: Debo decir que la sala principal para el cantante es muy cómoda. Escuchas que la voz vuelve. Creo que desde la sala, dependiendo de donde estés sentado, se escucha de un modo u otro, mejor desde arriba que desde abajo, porque desde abajo tiene muchísima presencia la orquesta. Canté en la inauguración del  Auditorio superior la Fantasía Coral de Beethoven, lo que pasa es que no recuerdo mucho la sensación y no tengo la percepción de cómo se canta porque era algo conjunto, yo hacía una segunda voz. No puedo opinar.

AOA: Cuando se encuentra en una ciudad extraña, ¿a qué le gusta dedicar su tiempo libre?
CR: Con un trabajo como este te da mucho tiempo a conocerte y a ver qué es lo que te gusta. Depende, hay ciudades en las que he encontrado un gimnasio y me distraía. Me gusta mucho leer. Aprovecho para estudiar. Mucho cine. Pasear. Conocer las ciudades tal y como se viven, no como turista. Tomar un café en algún sitio con gente... Me gusta mucho el arte, la pintura sobre todo y si hay museos interesantes o que tienen obras que me gustan, los visito.

AOA: En estos tiempos económica y socialmente tan complicados que vivimos, ¿cree que todavía tiene futuro la ópera? ¿Y qué opina de la ópera en cine?
CR: La ópera en cine es un modo de que la gente pueda acercarse a ella sin tener un gasto excesivo. La  ópera debería tener futuro porque es un género que tiene la suerte de tener la combinación de todas las artes juntas y eso crea un espectáculo maravilloso, donde puedes ir a una sala y ver escultura, arte dramático, oír música. Entrar en un sitio donde todos tus sentidos se van a ver envueltos.  Pero creo que debe ser mucho más accesible. Conozco mucha gente joven que cuando han tenido oportunidad de ir con algún descuento les ha gustado, pero no se lo pueden permitir. Debería haber más facilidades porque creo que sí hay público que quiere disfrutar de la ópera y seguramente hay mucha gente que querría conocerla.

AOA: Interpretará “Marina” en el Teatro de la Zarzuela de Madrid durante los meses de marzo y abril. ¿Qué opina del género Zarzuela?
CR: El género es muy completo y creo que está un poco marginado y hay que defenderlo. Me gusta mucho la ópera italiana, pero también me gustaría todos los años hacer una zarzuela al menos. Para un cantante español es importante cantar zarzuela.

AOA: ¿Puede adelantarnos otros de sus próximos proyectos?
CR: Entre mis próximos proyectos está “La Donna del Lago” en el Rossini Festival de Pesaro este verano. Es un festival con el que he ido creciendo: Hace dos años estuve en  L’Accademia, el año pasado hice dos papeles secundarios, y éste  me dan la oportunidad de cantar la protagonista de una ópera que requiere una vocalidad un poco particular. Otro debut importante va a ser Traviata en Oviedo, en el segundo cast, y tengo una posibilidad maravillosa de volver a hacer “La Bohème” en Bilbao, con Emilio Sagi, que es un director de escena al que adoro y amo, con el que me encanta trabajar porque tiene muy en cuenta a los cantantes y con el que se trabaja genial. También un “Stabat Mater” con la Sinfónica de Euskadi y el Orfeón Donostiarra, la “Marina”, que hemos comentado antes, y algunos otros papeles más adelante.

AOA: Para finalizar, ¿Alguno de ellos pasa de nuevo por el Palau de les Arts?
CR: Me gustaría. Yo estaría totalmente orgullosa, encantada y agradecida de poder trabajar otra vez aquí.


Enhorabuena por sus éxitos y muchas gracias.