La mezzosoprano madrileña María-José Montiel es una de las
cantantes más relevantes del panorama operístico nacional, con una exitosa
carrera tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. En el Palau de les Arts
de Valencia la pudimos escuchar el año pasado
en la Novena Sinfonía de Beethoven que dirigió Riccardo Chailly, así como en la ópera Medea, de Cherubini, donde, acompañada por Violeta Urmana en el rol principal y bajo la dirección musical de Zubin Mehta, obtuvo un inmenso éxito en el papel de Neris. Precisamente, con motivo de su
presencia en Valencia uno de esos días, tuvo la amabilidad de hacer una pausa
en su trabajo para atendernos, y pudimos conversar con ella en una terraza
cercana al Palau de les Arts, donde, mientras tomaba una horchata, comenzó
contándonos cómo se inició en el mundo de la música y el canto.
MARÍA-JOSÉ MONTIEL: En mi casa se hacía música y se cantaba. Mi
abuelo materno era barítono, aunque no se dedicaba a ello profesionalmente, sino
como aficionado en diversos conciertos, pero guardamos el recuerdo de su voz,
aparte de en la memoria, en un disco de
pizarra que quiso grabar con arias de ópera y zarzuela. Mi madre es pianista y
desde muy niña me acompañaba al piano. Yo nací y crecí rodeada de música
clásica, ópera, zarzuela, lied. Pero en casa también se escuchaban boleros,
tangos, bossa nova…, bastante variedad de géneros musicales. Creo que casi
aprendí a cantar y a hablar a la vez. En
Madrid empecé a estudiar música en el Conservatorio, en la cátedra de Pedro-María Lavirgen y con Ana-María Iriarte. Después me fui a
Viena y una persona crucial en mi vida fue Olivera
Miljakovic, soprano mozartiana que hizo toda su carrera con Karajan y Böhm. Mi formación siguió en Viena, donde viví cinco años. Entré en
el Opernstudio de la ópera de Viena y allí hice algunos pequeños papeles.
A Viena sigo yendo casi cada año.
Allí he cantado, por ejemplo, el Réquiem de Verdi con Riccardo Chailly en el Konzerthaus. También Luisa Fernanda con Plácido
Domingo en el Theater an der Wien, o la Madelón
de Andrea Chenier en la Staatsoper.
También muchos conciertos en diferentes salas, en concreto dos en la
Musikverein. Ahora voy a ir un par de semanas para trabajar mi repertorio.
Cuando estudiaba en el
Conservatorio de Madrid la ópera se representaba en el Teatro de la Zarzuela.
Iba con toda mi familia y hacíamos unas colas que se formaban para sacar las
entradas que son ya casi una leyenda. Se hacían amistades en esas colas. Se
entablaban charlas musicales. Era una afición muy bonita la de aquellos años.
Hay gente que me recuerda con trenzas en esas colas a la salida del colegio.
AMICS DE L’ÒPERA I DE LES ARTS: ¿Recuerdas la primera
representación operística a la que asististe?
MJM: Me parece que la primera fue una Norma de la Caballé en
Madrid, con Fiorenza Cossotto. También
se hacían ciclos de recitales líricos en el Teatro Real. Recuerdo a
Miguel Zanetti acompañando a Elena Obraztsova y a muchas otras
cantantes. Luego la vida me llevó a hacer muchos conciertos con él. Recordarlo
me emociona mucho porque ya no está.
AOA: Tienes varios discos grabados con él.
MJM: Sí, me emociona mucho porque perder a Miguel fue como perder a alguien de mi familia, fue muy duro.
Violeta Urmana y Mª José Montiel |
AOA: Las críticas de Medea han sido extraordinarias. En ABC: “Sensacional...
Obligatoria” o en La Razón: “Sinceramente:
si a usted le gusta la ópera, no debe dejar pasar la ocasión de ver esta Medea.
En décadas no ha habido una más redonda y
tardará en volver a haberla. ¡Enhorabuena!”. Se espera mucha gente para el
próximo fin de semana cuando se podrá ver el viernes Trovatore, el sábado Tristán
y el domingo Medea.
MJM: Sí, Medea es una
ópera que no se hace casi y para mucha gente ha sido un descubrimiento. Además,
en esta Medea hemos debutado todos, y
es como si se hubieran reunido las energías del cosmos, del universo, para que
todo confluya y se produzca algo muy bueno y muy hermoso. Tengo la esperanza de
que después de esto se haga más, que sea más frecuente en el repertorio.
Imagino que habrán venido a verla directores de otros teatros que pueden dar a
esto una continuidad. El papel de Neris,
que parece corto, a mi me ha dado una gran satisfacción.
AOA: Es corto pero intenso y permite lucimiento. El aria de Neris interpretada por ti ha sido uno de
los momentos más intensos de la representación.
MJM: El aria de Neris es
muy comprometida, muy lenta, hay que estar manteniendo una tensión, un apoyo y
una conexión con el fiato muy grande.
A veces, cantar más suelto, más rápido, es más fácil, aquí no puedes permitirte
el lujo de despistarte. Cantarla me llena de entusiasmo y de emoción, porque es
una música excelsa.
AOA: Y la obra en sí, Medea,
es impactante.
MJM: Sí. Ya sé que todo el mundo al final, en la escena de los
niños, se queda consternado. Yo los adoro, los miro entre cajas mientras les
van poniendo la sangre y cuando abro la puerta, sé que los voy a ver y aún así
siempre me impresiona. Me imagino lo que debe sentir el público la primera vez
que lo ve.
Por otra parte, mi encuentro con Zubin Mehta ha sido uno de los momentos
más maravillosos de mi vida musical. Está siendo una de las experiencias más
extraordinarias. Estoy muy agradecida a la vida que me ha llevado a este
momento, muy agradecida al teatro, al maestro. Él es una persona de la que
emana una energía y una fuerza positiva, una especie de amor a la música tan
grande que lo envuelve todo. Ya no vamos a hablar de su técnica de dirección
que es excelsa o del sonido que extrae de la orquesta que es oro puro, desde el
forte hasta el piano, como en el aria que yo interpreto. Hace que la música sea
grande, no en el sentido de sonido grande, sino en el sentido de grandeza, de
la importancia espiritual que tiene su música, de que hay algo que transciende
simplemente al sonido, a la técnica de dirección. Hay una cosa interna en él,
como artista, que la expande absolutamente a todos los que le rodean, su
alegría, su simpatía, esa fuerza interior que transmite... es un privilegio.
AOA: Sabes que el maestro Mehta
se está deshaciendo en elogios contigo. ¿Crees que puede ser el principio de
una bonita amistad, como decía Bogart? ¿Puede desembocar en una relación
profesional más estrecha? ¿Hay algún plan que se pueda contar?
MJM: Con el Maestro Mehta, cantaré Carmen en Israel en 2014 y 2015.
Además, también en 2015, Ulrica de Un Ballo in Maschera. Estoy muy feliz por ello.
AOA: ¿Y con Lorin Maazel
cómo fue tu relación?
MJM: La relación fue también muy buena muy cordial.
AOA: ¿En qué idioma os comunicáis normalmente?
MJM: Con Mehta hablo en
italiano o en alemán. También hablamos de vez en cuando en inglés. Entre todos hablamos un poco de
todo. Hay un ambiente muy bueno entre el elenco. De tranquilidad y de
cordialidad, de relajación total. En la sala principal, además, la acústica es
excelente y se canta muy a gusto. Es un placer.
AOA: ¿Y en el Auditorio?
MJM: Es una acústica bastante más seca. Yo no sé cómo se oye desde
el público. Pero no es cómodo para cantar. No creo que esté diciendo algo que
no se sepa. En el auditorio superior he hecho dos conciertos de zarzuela y una
misa de Janácek. En la sala
principal, Luisa Miller y Medea. Y la acústica de ésta última me
parece maravillosa, se canta muy bien y me parece que llega muy bien. Las veces
que he asistido como público ha sido estupendo sentir como corren las voces y
como suena la orquesta.
AOA: Tu paso de soprano a mezzo, ¿te lo marcó tu voz, te lo
aconsejó alguien, fue algo natural, un poco de todo?
MJM: Cantaba de soprano ya bastantes años y tenía un color que era
mi color propio, como aterciopelado, con un centro que han calificado de rico.
Ha surgido naturalmente, no hubo que hacer un cambio técnico de nada,
simplemente cantar otro tipo de repertorio, la voz que estaba quizás un poco
tirante en la zona superior, se asentó ella sola donde debió estar siempre. Las
mezzos tenemos que dar casi los mismos
agudos que las sopranos aunque no con tanta frecuencia y además, salvo
determinados roles, la escritura no insiste tanto en el pasaje superior. La
mezzo tiene que trabajar bien el pasaje de las notas graves para no forzarlas
nunca en el pecho.
Cuando tenía veinte años, me
escuchó Teresa Berganza y me dijo: “tú
eres mezzosoprano, estoy segura”. También me lo dijo, en Viena, Ileana Cotrubas. Luego la vida te va
llevando. Tu propia alma musical, tu propia alma vocal, asimila que tienes otra
cuerda, otro tipo de repertorio y unos años más tarde fue cuando cambié a
mezzosoprano. Pero no tuve que hacer una remodelación de la técnica, la voz
estaba colocada, únicamente que al tener un centro tan robusto, carnoso o
aterciopelado, ahí la voz sonaba muy bien. Entonces la voz se asentó en el
cuerpo que es lo que hay que tener, la voz conectada con el cuerpo.
AOA: ¿Por qué todas las mezzos españolas cantan Carmen?
MJM: Canto Carmen porque
me gusta, porque me llaman muchísimo de los teatros para cantarlo y es un papel
fascinante. Casi todas las mezzos, y no necesariamente españolas, lo cantan. Es
un rol de un atractivo muy grande, tanto para el público como para el cantante.
Aparte de los colores de voz, Carmen
tiene un abanico de facetas psicológicas impresionante de principio a fin. Es
una rompedora, es una mujer modernísima para su época, luchadora, trabajadora.
En un mundo de hombres, lucha contra el poder impuesto.
AOA: Carmen la has
cantado hasta en la República de Buriatia, de la Federación rusa.
MJM: Sí, su teatro es una preciosidad, antiguo. Me llamó un
director joven español, Borja Quintas,
que trabaja mucho en Rusia. Me gustó mucho la experiencia, el país está situado
en Siberia, en la frontera con Mongolia. Notas muchísimo la filosofía de la
meditación, tema que me interesa mucho. Nos llevaron a ver templos fuera de la
ciudad y cuando ves esas estepas, esas llanuras, te das cuenta de por qué ahí
tan cerca, en el Tibet, ha surgido la gran búsqueda de la paz, la meditación.
Es tal la amplitud, las distancias, el silencio…
AOA: Para prepararte los papeles, además de tu formación musical y
de canto, ¿qué preparación dramática practicas para desarrollar la complejidad
de los personajes?
MJM: Me suelo documentar en la literatura. Antes de Carmen leí el libro de Prosper Merimée. Tuve también muchas
conversaciones con José-Carlos Plaza,
el gran director de teatro, y con los directores de escena. También busco en la
literatura el momento histórico de la época. Aunque luego el contexto histórico
te lo cambian en algunas producciones. Pero no pasa nada, a mí el premio que me
han dado ha sido con la Carmen de Bieito que me entusiasma, porque
concibe a Carmen, no como a la
malísima que lleva a los hombres a la perdición. El que la mata es él, don José. ¿Que ella le lleva al mundo de
los contrabandistas y de los gitanos?, es verdad, pero él tiene la opción de no
ir y sin embargo se va con ella. No es ella la única responsable que le lleva a
la “malísima vida“. Lo vemos también en la vida real, e igual ocurre en el caso
de Medea.
Cuando a veces me dicen: “qué
tontería es la ópera, qué absurdo, todos se mueren, qué cosa, qué
ridiculez...”, les digo: “pero en la vida ¿qué pasa?, poned las noticias...”.
La ópera son las grandes pasiones de la vida, el amor, la venganza, la lealtad,
los grandes temas. Por ejemplo, las óperas de Mozart. Cosí fan tutte es
de las óperas más tristes que te puedes imaginar, es una ópera sobre la
traición, al final no sabes cómo termina porque no te imaginas cómo esas
parejas pueden volver a estar juntas ni sabes quién con quién. La ópera es
mucho más que: te clavo el puñal y me bebo el veneno.
Lo importante sería la carga
dramática y cómo se expresa a través del canto y de la música. La música es muy
importante. Francisco Nieva, el gran
dramaturgo y director de escena con el que he trabajado, me decía: “María-José
sigue la música, que la música te lo dice todo”. La música de Verdi te va llevando, te dice lo que
tienes que hacer, Puccini hasta te
pone las indicaciones.
AOA: Has cantado en el Liceo, en el Real, en la Scala, en París, en
Viena... ¿Qué teatro te falta por cantar que eches de menos?
MJM: El Colón de Buenos Aires. Canté en el Avenida cuando se
reinauguró, canté con Plácido Domingo,
fue un concierto precioso. El público de Argentina es muy caluroso, pusieron
pantallas por las calles, la gente bailaba y festejaba. Pero el Colón es un
teatro al que me encantaría ir.
AOA: ¿Qué opinas de los recortes en materia de cultura?
MJM: Sin cultura se vive en la oscuridad, en la ignorancia. Sin
cultura el mundo va claramente a peor, porque el saber y la cultura es lo que
nos hace desarrollarnos y ser mejores personas. La formación a los jóvenes en
la cultura, la filosofía, en las cosas hermosas de la vida, los convierte en
mucho mejores.
El momento es muy duro. Y muchas
veces la cultura también es lo que evade. La música, la pintura, la
escultura... La cultura nos salva muchas veces. De las cosas más bonitas que me
han pasado en la vida es cuando alguien va al camerino y te dice: “muchísimas
gracias porque yo estaba con una depresión muy grande y en esas dos horas en
las que le he estado oyendo cantar me he
evadido de mis problemas y no tengo nada más que palabras de agradecimiento”.
Se me llenan los ojos de lágrimas de ver que, gracias a algo que me encanta
hacer, he podido ayudar a otra persona. No hay nada más bonito.
AOA: Jorge de León nos hablaba
un día de la soledad del artista. De
cómo un día podías tener una noche de tremendo éxito, con el camerino lleno de
gente, salir del teatro cargado de adrenalina y acabar cenando solo o llamando
al servicio de habitaciones. ¿Es este uno de los aspectos más duros de la
carrera?
MJM: Sí, puede ser uno de los momentos duros de la carrera. Viajar
solo es muy duro, pero es una cosa que tenemos que asumir, hay otras veces que
te puede acompañar alguien, tu marido, tus padres. Pero a veces no puede ser y
has de viajar solo y hay que aceptarlo y acostumbrarse. Es la soledad del
cantante. En ese sentido tengo bastante suerte porque suelo estar acompañada de
mi marido, de mi familia.
AOA: Eres una de las cantantes que más emoción transmites en
directo, y además se nota que te emociona la música. Esa emoción que se siente
en el escenario, ¿te puede dificultar la interpretación, puede ser un obstáculo
para cantar?
MJM: Soy una persona muy emocional, muy emotiva, pero hay que
intentar no llegar a llorar o a que te traicione la emoción. En algunos
momentos, como en el último acto de Carmen,
acabas realmente conmocionada. Después de una función sigues, efectivamente,
cargada con toda la adrenalina.
AOA: ¿Cuánto tardas en recuperarte después de una Medea, cuándo vuelves a ser María José y dejas de ser Neris?
MJM: Al día siguiente de la representación estás hecha polvo de
cansancio. La noche después de una función se duerme mal, está la carga
emocional, aunque estés muy cansada no se duerme bien, sigues con una presión
muy grande. Además estos días hay mucha emoción en el teatro.
AOA: Hemos hablado antes de directores. Yendo a los cantantes, ¿hay
algunos con los que te hayas sentido más a gusto en el escenario?
MJM: He tenido siempre muy buena suerte con los repartos, no sólo
con los cantantes extranjeros. Por ejemplo, los dos últimos don José que he tenido: Jorge de León y Marcelo Puente (éste último aunque
es argentino está afincado en España) han sido estupendos. En cuanto a colegas
grandiosos, cantar con Plácido Domingo
es una experiencia fuera de serie por la energía que emana de él. También me
gustaría citar a Jaume Aragall
porque es una persona que en el escenario es tan generoso que te ayuda
muchísimo a cantar. Y a Vicente
Sardinero, y muchos otros más… no quisiera dejar a nadie, pero es muy
difícil.
AOA: La canción española siempre está presente en tus recitales. En
España parece que está un poco minusvalorada.
MJM: Estamos intentando por todos los medios que no se menosprecie,
igual que la zarzuela. Hay un tema de esnobismo que hace que no protejamos
nuestro propio patrimonio, es un problema, al parecer, del carácter español.
AOA: ¿Siguen existiendo divos en el mundo de la ópera?
MJM: Menos que antes, pero todavía quedan algunos o algunas. Pero,
salvo alguna rara ocasión, yo he tenido muy buena suerte con mis colegas.
Muchísimas gracias por atendernos
y te deseamos los mayores éxitos en tus próximos compromisos que, esperamos,
vuelvan a tener pronto Valencia por destino.
Los próximos días 19, 20, 22, 23, 25, 26, 28 y 29 de junio, María José Montiel interpretará en el Teatro de la Maestranza de Sevilla el papel de Maddalena, en "Rigoletto" de Giuseppe Verdi, junto a cantantes como Leo Nucci, Celso Albelo, Jessica Prat, Ismael Jordi, Juan Jesús Rodríguez o Mariola Cantarero. Pueden adquirirse entradas AQUÍ.
Los próximos días 19, 20, 22, 23, 25, 26, 28 y 29 de junio, María José Montiel interpretará en el Teatro de la Maestranza de Sevilla el papel de Maddalena, en "Rigoletto" de Giuseppe Verdi, junto a cantantes como Leo Nucci, Celso Albelo, Jessica Prat, Ismael Jordi, Juan Jesús Rodríguez o Mariola Cantarero. Pueden adquirirse entradas AQUÍ.