Carmen Romeu como Musetta en "La Bohème" ©Tato Baeza
El pasado mes de diciembre tuvimos ocasión de disfrutar en el escenario del Palau
de les Arts Reina Sofía de Valencia de una estupenda producción de la ópera “La Bohème”, de Giacomo Puccini, que contó con la dirección escénica de Davide Livermore y la musical del
maestro Riccardo Chailly. La soprano
valenciana Carmen Romeu fue la
encargada de asumir el papel de Musetta,
obteniendo un gran éxito.
Ahora,
Carmen Romeu ha tenido la gentileza
de conceder una entrevista en exclusiva a Amics
de l’Òpera i de les Arts que pasamos a reproducir.
AMICS DE
L’ÒPERA I DE LES ARTS: Su paso por el teatro de ópera de su ciudad,
como Musetta, en la reciente
producción presentada en el Palau de les Arts de “La Bohème”, donde ha obtenido la alabanza unánime de crítica y
público, ¿cree que puede marcar un antes y un después en su carrera?
CARMEN ROMEU: Totalmente. El
hecho de cantar Musetta en el Palau de
les Arts, para mí es un salto de escalón en mi carrera, no ya por el personaje,
sino por la producción en sí, con un maestro importantísimo y un director escénico fantástico. Además, creo que, aun con la crisis, el teatro de ópera de Valencia
tiene un gran prestigio internacional y para mí ha sido muy importante. Ya he comentado alguna vez que me sentía como si
debutase en Champions League.
AOA: Según
ha comentado en alguna ocasión, parece que su inclusión en el reparto se produjo
de forma un tanto fortuita. ¿Es así? ¿Qué ocurrió?
CR: Sí, me llamaron un
lunes para ver si estaba preparada con el rol y tuve que venir el miércoles de
esa misma semana a hacer una audición porque se había producido una sustitución
de última hora. Por suerte fue al principio de los ensayos, con lo cual tuve
oportunidad de poder ensayar todo un mes con mis compañeros.
AOA: ¿Ya la
conocían por otras colaboraciones anteriores?
CR: Sí, había
participado en dos producciones hace
años y además he trabajado este verano con Davide
Livermore, que fue el director de escena de “Ciro in Babilonia” en Pesaro y había quedado muy contento con mi
trabajo. Le doy las gracias porque ha sido maravilloso poder trabajar con él. Es
uno de los directores escénicos con más proyección y tiene unas ideas
maravillosas. Defiende mucho la parte actoral
de los cantantes y además te la explica y sabe cómo hacerte entrar en
cada uno de los papeles.
AOA: El personaje
de Musetta es mucho más exigente
vocalmente de lo que muchos piensan, requiriéndose dos vocalidades muy
diferentes según hablemos del segundo o del cuarto acto, ¿qué le ha resultado
más complicado a la hora de abordar el papel?
CR: Creo que más que
dos vocalidades diferentes, lo que requiere son dos puntos de vista dramáticos
diferentes. La vocalidad de uno y otro es la misma dentro de un rol que para mí
es el de una soprano lírica. El problema que se plantea cuando una soprano es
demasiado ligera para hacer el rol de Musetta
es que en el cuarto acto sí se nota una diferencia de vocalidad porque aquí es bastante central. Pero,
realmente, si se ve desde la perspectiva de una soprano más lírica, no es una
tesitura muy extensa porque está dentro de las dos octavas DO-DO de una soprano
lírica. Lo que es importante es tener los dos puntos dramatúrgicos diferentes,
darle dos sentidos al personaje, incluso más de dos porque dentro del segundo
acto hay muchas caras de Musetta. Es un rol que, aparte de vocalmente,
ha de estar muy trabajado actoralmente porque es muy completo. Musetta es más superficial en el segundo
acto y más natural o más abierta visceralmente, más humana, en el cuarto acto.
Esta es la diferencia.
AOA: ¿Con qué faceta de Musetta se siente, como actriz, más a
gusto en escena? ¿Con la frívola del acto II o con la tierna y entregada del
acto IV?
CR: Me gustan todas. Amo a ese
personaje. Si te la juegas y te abres a él, te permite de todo en escena. En el
segundo acto permite divertirte, sentir celos, jugar al juego de la seducción, enfadarte, gritar, y, a pesar de esos gritos,
del mal genio, de los celos, de la rabia, de la impotencia de que Marcello no le preste atención… todo
acaba en positivo, sonriendo, divirtiéndose, viviendo. La vida le sonríe. Es un
acto fantástico. El personaje, tiene incluso esa subida de ego mientras canta “Quando m'en vo”. En ese momento marca
una seguridad dentro de la inseguridad, piensa “yo sé que tú me quieres pero no sé por qué no lo consigo”. Es una
mujer que pasa por muchos sentimientos y sensaciones diferentes y a mí eso me
encanta.
En el cuarto
acto las emociones son más introspectivas. La música envuelve de tal manera que
ya te crea una emoción, tu cuerpo está totalmente estremecido; creo que eso
también le pasa al público, que se emociona aunque el cantante no esté dando el
máximo de su interpretación actoral. Y es gracias a la música en sí, que es
fabulosa.
Pero me
gusta todo. En el tercer acto la propuesta de escena de Davide, me pareció muy curiosa. El hecho de que Marcello y Musetta discutan llegando incluso a las manos, con gran violencia,
mucho más física que otras versiones, al principio me impresionó, pero Davide me mostró la energía del
personaje, que debía salir desde las entrañas, sin ridiculizarla. Musetta es una mujer libre, vive por
delante de su época. Para mí el tercer acto es muy importante porque es el momento
en que ella se reivindica.
AOA: ¿Se ha inspirado en
alguna cantante de su agrado o nos ha ofrecido una versión propia del personaje?
CR: He intentado trabajar el día a día
de la producción de Davide, ya que
al ser una interpretación repentina y no haber preparado el personaje antes,
éste ha ido creciendo con los ensayos, con lo cual es más puro y el público ha
visto algo diferente. Personalmente no he tenido tiempo de escuchar
grabaciones. He trabajado todos los días, siguiendo las pautas de Davide en este caso, pero buscando el
personaje por mí misma, tal como lo he sentido yo. Y espero que crezca más.
AOA: En 2012 ha obtenido también un
gran reconocimiento internacional con sus intervenciones tanto en el Festival Rossini de Pésaro, con “Ciro in Babilonia” y “Tancredi”, como en Rieti con una ópera
poco conocida de Rossini, “Adina”. ¿Se está decantando
voluntariamente por el belcanto?
CR: No sé si voluntariamente o no, pero
mi vida como cantante está bastante relacionada con el belcanto. Posiblemente porque he estudiado en Italia con una
maestra totalmente belcantista. Me
gusta mucho el belcanto y creo que
hay muchas posibilidades para mi tipo de vocalidad, por lo que me encantaría
poder hacer los roles donizettianos.
AOA: Mozart, Rossini y ahora Puccini, ¿Cómo definiría su perfil
vocal y hacia dónde cree que evolucionará?
CR: La clasificación vocal es, a veces,
difícil, y creo que incluso es equivocado decir que soy una soprano lírico
ligera, o dramática o spinto. Sólo
puedo decir que mi voz es mi voz, y lo importante es conocerla y saber hasta
dónde puede llegar.
Ahora mismo
me decanto por los roles líricos con coloratura. He trabajado mucho la
agilidad, la coloratura, la zona del sobreagudo, así como la del grave. Por
ahora sin entrar mucho en la zona del pecho. Me podría definir como esas
cantantes que pueden hacer los roles extremos de tesitura como Fiordiligi (“Cosi fan tutte”) o Vitelia
(“La Clemenza di Tito”). Roles también con mucha coloratura, líricos pero que
de repente tienen cabalettas
estratosféricas como Traviata.
Los roles
mutables creo que son buenos para mí, porque el hecho de tener una voz con tintes más cálidos en el centro o en las
primeras octavas, hace que esas transformaciones no queden vagas de color. Un rol como Traviata en el primer acto te exige que seas una lírico-ligera con
coloratura y en el tercero que toda la zona centro esté muy timbrada. Creo que
para mi tipo de vocalidad es posible, porque la zona centro está timbrada, y tengo,
por ahora al menos, posibilidad de hacer sobreagudos y coloraturas.
Me gustaría
que la voz fuera en la dirección de las reinas donizettianas. Creo que ese va a ser mi futuro. Hay gente que me
propone los grandes Verdi o Puccini, pero creo que mi voz es grande
dentro de orquestas que no son enormes. Es una voz para las orquestas belcantistas o mozartianas, algunos Verdi, pero solo algunos. Puccini, con cuentagotas. A lo mejor en
un futuro Mimí es posible o Liú, pero no creo que me atreviera con Manon Lescaut. Al menos es mi mentalidad
hoy por hoy. Depende de cómo evolucione mi vocalidad, ya veremos.
AOA: Cuéntenos cómo descubrió su pasión por el canto.
CR: Estudio
música desde que tenía ocho años. Tocaba el clarinete y empecé a cantar en el
coro de mi pueblo, Silla, a los doce. He pertenecido siempre a la Agrupación Musical La Lírica. En
principio no pensaba dedicarme al canto. Estudiaba en la Universidad y quería
ser ingeniero. Para mí era un hobby. Creo que descubrí que quería dedicarme
cuando, ya estudiando en el Conservatorio de Valencia el grado medio, hicieron “Dido y Eneas” como taller de ópera y
canté Dido en esa producción. Fuimos
además a Melilla con esa ópera. Subirme a un escenario con un papel
protagonista y encontrarme con ese flujo de emociones y sensaciones es lo que
me gustó y me atrapó.
AOA: Aunque su formación académica se realizó en el
Conservatorio Superior Joaquín Rodrigo de Valencia con Ana Luisa Chova también estudió en la Opera Studio de la Accademia
de Santa Cecilia de Roma con Renata
Scotto. Al margen del reconocido prestigio de su maestra de canto y
tratándose de una cantante tan joven, ¿le parece suficiente y completa la
formación que ofrecen los Conservatorios españoles también en otros aspectos
como los escénicos, idiomas? ¿Cree que es necesario perfeccionar los estudios
en Centros u ópera-estudios extranjeros? ¿Echa de menos este tipo de centros en
nuestro país?
CR: Yo
puedo hablar de mi experiencia, no dar una opinión generalizada. He tenido la
suerte de trabajar con gente muy competente. A nivel vocal creo que he tenido
la mejor profesora que podía tener, incluso porque me ha dado la libertad de
poder encontrar cómo quería trabajar. El hecho de estudiar en la Opera Estudio
de Roma fue más por estar en contacto con un tipo de música, el belcanto, y de trabajar con Scotto que tiene una gran experiencia belcantista o italiana. Los centros
están preparados, lo que debería es hacerse hincapié en algunas cosas. Los
planes de estudios se hacen generalizados para los músicos, y los cantantes
somos músicos de “educación especial”. Necesitamos materias distintas.
En
idiomas en el conservatorio aprendí una fonética francesa de forma maravillosa
pero no sé hablar francés. Soy partidaria de que para hablar un idioma tengas
que ir a un país donde se hable ese idioma. Yo ya sueño en italiano porque he
estado mucho en Italia, es un idioma que está integrado en mi persona. Para un
cantante es importante aprender la fonética de un idioma y tener la paciencia
de trabajar todas las traducciones. De cara a un futuro profesional te has de
defender en el máximo de idiomas posible.
En el conservatorio de Valencia, por ejemplo, a
nivel de escena, creo que se hace un trabajo muy bueno. Hay dos profesoras, Amparo y Araceli, que hacen un trabajo, incluso de preparación corporal del
personaje, importante.
Respecto
de continuar estudios en centros distintos del de origen, sí es importante
hacerlos, pero no porque no sea completa la formación del lugar donde estás,
sino porque toda experiencia te hace crecer. Para mí, Ana Luisa es como mi fiel consejera.
AOA: ¿Es una buena tarjeta de visita haber estudiado
en Valencia?
CR: Sí,
es una muy buena referencia. Mucha gente en las audiciones me pregunta si
estudio con Ana Luisa, sobre todo a
nivel nacional. A nivel internacional conocen más a los alumnos de Ana Luisa que a la propia Ana Luisa en sí.
AOA: Es usted prima de Maite Alberola, joven y consolidada cantante valenciana. ¿Le viene
de familia?
CR: No,
ni los padres de Maite ni los míos
han sido músicos. De los primos por esa parte de la familia tenemos uno mayor
que es fagotista, que está en la Orquesta de Castilla-León, que puede que haya
sido la referencia de los demás y después hemos sido las tres primas pequeñas
las que nos hemos dedicado a la música. Creo que nuestros padres quisieron que
estudiáramos música y ya está.
AOA: ¿Han podido compartir escenario?
CR: Por
ahora sólo hemos compartido escenario hace muchos años en nuestro pueblo, en
galas de zarzuela que se hacían en la plaza durante las fiestas. Todavía no
hemos tenido oportunidad de hacerlo en un teatro y la verdad es que tenemos
muchas ganas.
AOA: Se ha presentado a concursos y los ha ganado,
como en la novena edición del Concurso Lírico Internacional “Ottavio Ziino”. ¿Cree que es necesario
para la proyección de un cantante presentarse a este tipo de certámenes?
CR: Creo
que hay épocas en la carrera de un cantante, sobre todo cuando estás estudiando
y en los últimos años, en que es bueno abrirse un camino para después poder
seguir y que vayan saliendo contratos y conciertos. Los concursos son una buena
vía para abrirte a conocer a gente. Hay concursos en los que el jurado está
compuesto por directores artísticos, agencias... Este mundo funciona mucho con
las agencias. Es como salir del nido para mostrarte. Y no sólo es importante
ganarlo, sino sobre todo estar preparado y dar el máximo de tus posibilidades
porque siempre hay alguien que te puede escuchar y dar otra oportunidad en
cualquier otro sitio.
AOA: ¿Quiénes han sido sus cantantes de referencia?,
si las tiene.
CR:
Empecé con Callas en mi mente y de
ella me gusta sobre todo su transmisión de sentimientos. Es con lo que me quedé
y creo que es lo que prima en esta carrera. Hay otra cantante que me gusta
muchísimo, que es Anja Harteros,
maravillosa. Relativamente poco conocida porque ha decidido centrar su carrera
sobre todo en Alemania. Tuve la oportunidad de trabajar con ella en unas Bodas de Figaro y me encanta esa cantante.
Para mí ella es una referencia, incluso como tipo de voz para algunos roles que
ella hace, como Elettra de “Idomeneo, rey de Creta”, y la Contessa de “Las bodas de Fígaro”.
AOA: Al margen del repertorio que pueda resultar más
adecuado para su voz, ¿cuál es el tipo de repertorio que más le gusta: francés,
romántico italiano, alemán, contemporáneo, barroco, belcanto?
CR:
Me apasiona Haendel. A nivel vocal
es maravilloso. Como estado anímico me lleva a ser feliz cuando lo escucho.
Sueño con hacer Cleopatra un día. Me
encanta Verdi, Donizetti y los compositores franceses como Gounod o Massenet para
el repertorio vocal también. Soy más fan del repertorio francés e italiano que
del alemán, aunque “Die tote stadt” (Korngold) me parece una ópera
maravillosa. Soy una persona abierta a gustos. No tengo predilección por nada
en particular.
AOA: ¿Cuáles son sus óperas preferidas?, como
aficionada y como cantante.
CR:
“La Traviata” es una de ellas, sobre
todo por la dramaturgia. Soy una persona que se fija mucho en los personajes.
La música te lleva a la emoción de las historias. Pero lo importante de una
ópera es que ambas se acompañen. Me gusta “La
Bohème”, por supuesto, o “Julio Cesar”.
De ésta cantaría todos los personajes… Me encantaría ser Ptolomeo (risas).
AOA: ¿Cómo ha sido su relación profesional con Riccardo Chailly? ¿Es tan exigente y
perfeccionista como se dice? De hecho el resultado que hemos podido comprobar
ha sido extraordinario.
CR:
Sí lo es. Trabaja como el que más. Acaba una función y escucha la grabación
para ver qué es lo que no estaba cuadrado y al día siguiente da notas a los
cantantes y a la orquesta, con la que tiene reuniones. Ha querido hacer una
versión propia de “La Bohème”. Bueno,
junto con Puccini, porque todo lo
que él decía es lo que está escrito en la partitura. No ha existido ningún tipo
de lucimiento por parte de los cantantes, ni calderones inventados. La relación
ha sido muy buena. Creo que se ha hecho muy buen trabajo en conjunto con todos
los compañeros y personalmente con nosotros además ha sido muy cercano.
AOA: Díganos tres directores musicales con los que
todavía no haya trabajado y sueñe con hacerlo algún día.
CR:
Me gustaría mucho trabajar como solista con Zubin Mehta. Lo hice hace años cuando era refuerzo del Cor de la Generalitat, en la Novena de la inauguración del Palau de
les Arts. También con Riccardo Muti,
evidentemente, y a nivel vocal con Antonio
Pappano. Creo que es un director que trabaja muy bien con las voces.
AOA: ¿Algún director escénico que le guste especialmente?
¿Por qué?
CR:
Es que últimamente tengo pasión por Davide
Livermore, me encanta. Es una persona apasionada por su trabajo que ayuda a
la gente en la que cree, y eso se da poco en este mundo. Otro gran director
escénico que me gusta mucho es Graham
Vick, que tiene producciones muy originales.
AOA: ¿Es usted partidaria de las puestas en escena
tradicionales o de las más innovadoras y modernas?
CR:
Depende. Creo que hay argumentos que se prestan más a las tradicionales y sacarlas
de ese contexto es complicado, al menos desde mi punto de vista. Hay otras
óperas en las que el argumento sí permite que se pueda jugar con espacios más
diáfanos, con puestas en escena más puras o limpias. Las contemporáneas que se
llevan al extremo y que lo que pretenden es llamar la atención por sí mismas,
sin una justificación detrás, no me satisfacen.
AOA: ¿Cuál
es su opinión sobre las exigencias de ciertos directores escénicos a los
cantantes (tipo cantar colgados de una grúa boca abajo)? ¿Qué es lo que, en principio, nunca haría sobre
un escenario?
CR:
Un cantante tiene al menos que intentar ese tipo de cosas y, si no puede,
buscar una solución. Las que he visto de La
Fura dels Baus en Les Arts, me encantan, por ejemplo en la utilización del
vídeo, que, depende de cómo se haga, me parece fantástico.
Lo
que no haría por ahora son desnudos, es incómodo para mí. Sobre todo si no está
justificado. Hay muchas maneras de conseguir que un cantante esté cómodo, como
con la ropa interior color carne… Tenemos que preparar nuestras cualidades
vocales, dramatúrgicas… Y creo que es más importante ser actor que modelo para ser cantante.
AOA: A la hora de abordar un personaje, además de la
preparación puramente musical, ¿lleva a cabo algún tipo de trabajo de
documentación previo o una preparación dramática especial?
CR:
Sí, es importantísimo tener conciencia de quién es el personaje, qué dice, a
quién le dice las cosas. Las intenciones son muy importantes, no sólo de tu
personaje sino de todos los que lo rodean. Yo estudié durante tres años arte
dramático por querer tener una formación complementaria a la musical como
cantante.
AOA: ¿Y de resistencia física?, en su Musetta se entregó también en este
aspecto.
CR:
Sí, es muy importante para un cantante hacer deporte. Ahora mismo lo estoy
pasando fatal porque llevo mucho tiempo sin hacer nada y se nota. Para el fiato creo que son importantes los
aeróbicos, correr, ir en bicicleta, nadar, sobre todo. Deportes que te permitan
coordinar tu respiración con el ejercicio físico.
AOA: Al margen de las producciones en las que se
encuentra involucrada actualmente, ¿le gustaría trabajar algún personaje en
concreto, estudiarlo?
CR: Sí,
claro. Me gustaría mucho trabajar todas las sopranos de “Los cuentos de Hoffman”, ya que puede que mi voz tenga la
posibilidad de hacer como antaño, que una misma soprano haga todos los
personajes. Otro sería la Elisabetta
de “Roberto Devereux”, porque me
gusta en sí la historia de las reinas donizettianas,
y creo que es la primera reina a estudiar, por ser el papel más tranquilo o más
ligero. También la Elettra de “Idomeneo”, que la he empezado a
estudiar, pero que cuando vienen otras producciones dejas de hacerlo y empiezas
con el trabajo que tienes que hacer. Otro es la Contessa del que tengo gran parte estudiado y Traviata con el que estoy en este momento. Me gusta la psicología
de esos personajes, todos fuertes de carácter. Yo creo que soy temperamental y
a veces lo que tengo que trabajar es el lado contrario, pero esto puede ser lo
más fácil. Porque mostrarse como una es, es como estar demasiado desnudo ante
alguien que no te conoce. Los roles que me suelen gustar tienen mucho
temperamento o al menos muchas caras diferentes.
AOA: Hablábamos antes de su
paso por el teatro de Rieti que tiene fama de tener una acústica excepcional,
¿qué opina de la acústica de la sala principal de Les Arts? ¿Cómo sentía correr
su voz? ¿Ha tenido oportunidad de cantar en el Auditorio superior? ¿Qué le
parece?
CR: Debo decir que la sala principal
para el cantante es muy cómoda. Escuchas que la voz vuelve. Creo que desde la
sala, dependiendo de donde estés sentado, se escucha de un modo u otro, mejor
desde arriba que desde abajo, porque desde abajo tiene muchísima presencia la
orquesta. Canté en la inauguración del Auditorio
superior la Fantasía Coral de Beethoven, lo que pasa es que no
recuerdo mucho la sensación y no tengo la percepción de cómo se canta porque
era algo conjunto, yo hacía una segunda voz. No puedo opinar.
AOA: Cuando se encuentra en una ciudad extraña, ¿a
qué le gusta dedicar su tiempo libre?
CR: Con
un trabajo como este te da mucho tiempo a conocerte y a ver qué es lo que te
gusta. Depende, hay ciudades en las que he encontrado un gimnasio y me
distraía. Me gusta mucho leer. Aprovecho para estudiar. Mucho cine. Pasear.
Conocer las ciudades tal y como se viven, no como turista. Tomar un café en
algún sitio con gente... Me gusta mucho el arte, la pintura sobre todo y si hay
museos interesantes o que tienen obras que me gustan, los visito.
AOA: En estos tiempos económica y socialmente tan
complicados que vivimos, ¿cree que todavía tiene futuro la ópera? ¿Y qué opina de
la ópera en cine?
CR:
La ópera en cine es un modo de que la gente pueda acercarse a ella sin tener un
gasto excesivo. La ópera debería tener
futuro porque es un género que tiene la suerte de tener la combinación de todas
las artes juntas y eso crea un espectáculo maravilloso, donde puedes ir a una
sala y ver escultura, arte dramático, oír música. Entrar en un sitio donde
todos tus sentidos se van a ver envueltos.
Pero creo que debe ser mucho más accesible. Conozco mucha gente joven
que cuando han tenido oportunidad de ir con algún descuento les ha gustado,
pero no se lo pueden permitir. Debería haber más facilidades porque creo que sí
hay público que quiere disfrutar de la ópera y seguramente hay mucha gente que
querría conocerla.
AOA: Interpretará “Marina”
en el Teatro de la Zarzuela de Madrid durante los meses de marzo y abril. ¿Qué
opina del género Zarzuela?
CR: El
género es muy completo y creo que está un poco marginado y hay que defenderlo. Me
gusta mucho la ópera italiana, pero también me gustaría todos los años hacer
una zarzuela al menos. Para un cantante español es importante cantar zarzuela.
AOA: ¿Puede adelantarnos otros de sus próximos
proyectos?
CR: Entre
mis próximos proyectos está “La Donna del
Lago” en el Rossini Festival de
Pesaro este verano. Es un festival con el que he ido creciendo: Hace dos años estuve
en L’Accademia,
el año pasado hice dos papeles secundarios, y éste me dan la oportunidad de cantar la
protagonista de una ópera que requiere una vocalidad un poco particular. Otro
debut importante va a ser Traviata en
Oviedo, en el segundo cast, y tengo
una posibilidad maravillosa de volver a hacer “La Bohème” en Bilbao, con Emilio
Sagi, que es un director de escena al que adoro y amo, con el que me
encanta trabajar porque tiene muy en cuenta a los cantantes y con el que se
trabaja genial. También un “Stabat Mater”
con la Sinfónica de Euskadi y el Orfeón Donostiarra, la “Marina”, que hemos comentado antes, y
algunos otros papeles más adelante.
AOA: Para finalizar, ¿Alguno de ellos pasa de nuevo por el Palau de les Arts?
CR: Me
gustaría. Yo estaría totalmente orgullosa, encantada y agradecida de poder
trabajar otra vez aquí.
Enhorabuena
por sus éxitos y muchas gracias.